Tiene cinco variantes:

Bebés: Para restaurar el vínculo emocional que fue roto debido al nacimiento prematuro, cesárea, hospitalización, etc. En la fase más temprana de la vida del niño.

Padres/Hijos: Entre madre/hijo-a, entre padre/hijo-a, para solucionar conflictos acumulados en la relación. Esto no es solo para hijos pequeños, sino también para hijos adultos y padres ya mayores.

Pareja: Ente los integrantes de una pareja, igualmente para solucionar conflictos acumulados en la relación.

Duelo: Para poder superar la profunda tristeza que acompaña a una pérdida. Este dolor a través del tiempo impide sentir amor y felicidad en la vida. Es necesario cerrar.

Reconciliación con padres vivos o muertos: Se hace bajo visualización, cuando los padres ya no pueden estar presentes en la terapia, bien porque sean muy ancianos o hayan fallecido. En esta variante confluyen diferentes técnicas:

• Terapia de vinculación Welch-Prekop
• Terapia primal de Janov
• Proceso de vinculación de identidad de Dan Casriel
• Análisis transacional de Berne
• Hipnoterapia de Erickson
• PNL de Bandler y Grinder.
• Cuadrinidad de Hofman y Fisher
• Afín a la Psicoterapia de Bert Hellinger.

La reconciliación no quita el dolor, sino que al estar iluminado-a por él, es más fácil de soportar. El lanzamiento de su propia energía y la renovación del vínculo permiten al cliente dejar atrás el pasado y completar su propio proceso de maduración.