El poder del vínculo

Hola a todos, quiero compartir un artículo que escribí para la revista Verdemente y que ha sido publicado en el número de octubre de 2019.

El poder del vínculo. Lola Rosa

Llamamos vínculo a la unión que se establece con la madre en el momento del nacimiento (incluso antes) y durante los primeros años de vida.

Esta primera unión, marcará de forma indeleble todas las uniones que el niño y después el adulto establezca el resto de su vida. Así el vínculo con la madre y mas adelante con el padre, el grupo familiar, el colegio, los amigos, el trabajo, la pareja, tendrán la calidad de esa primera unión.

QUÉ AFECTA AL VÍNCULO

Embarazos no deseados, cesáreas, partos difíciles, hospitalizaciones, separación temprana de la madre , dejar llorar al niño en soledad, traumas de los padres, traslados de ciudad, etc., sobre todo durante los tres primeros años de vida.

CÓMO LO AFECTA

Así lo describe una madre: Es cómo si hubiera una barrera entre mi hija y yo, se que nos queremos, pero hay como un fastidio, un no fiarse, algo que nos impide confiar y entregarnos plenamente.

Es algo que separa, algo que falta y que físicamente lo sentimos como rechazo.

CUÁLES SON LOS SINTOMAS DE UN TRASTORNO DE VINCULACIÓN EN UN NIÑO

Agresividad, miedos, inseguridad, hiperactividad, inadaptación, alteraciones del sueño, problemas alimentarios, enuresis, etc.

CUÁLES SON LOS SINTOMAS DE UN TRASTORNO DE VINCULACIÓN EN UN ADULTO

Dificultades en las relaciones (excesivamente estrechas, o excesivamente frías) falta de compromiso, aislamiento, inseguridad, falta de voluntad, inadaptación, rigidez, depresión, angustia, adicciones, dificultad para desarrollar las capacidades personales y diferentes alteraciones físicas. Amor y rabia siempre de la mano.

TIPOS DE VINCULACIÓN AFECTIVA

Existen cuatro tipos de vinculación afectiva:

  • Vinculo afectivo de seguridad. Los bebés con una vinculación segura lloran o protestan cuando se va la madre y expresan felicidad cuando regresa.
  • Vínculo afectivo de evitación. Estos bebés rara vez lloran cuándo se va la madre y la evitan cuando regresa. Se mantienen apartados de ella incluso cuando la necesitan y tienden a disgustarse con facilidad.
  • Vínculo afectivo ambivalente. Bebés ansiosos, se alteran mucho cuando se va la madre, buscan el contacto con ella, pero al tiempo patean y chillan, son difíciles de calmar.
  • Vínculo afectivo desorganizado. Aquí se muestran comportamientos contradictorios e inconsistentes. Saludan a la madre cuando regresa pero luego se acercan o alejan sin mirarla, parecen confundidos o temerosos.

Esta primera unión, marcará de forma indeleble todas las uniones que el niño y después el adulto establezca el resto de su vida. Así el vínculo con la madre y mas adelante con el padre, el grupo familiar, el colegio, los amigos, el trabajo, la pareja, tendrán la calidad de esa primera unión.

Es importante, comprender, cómo nos vinculamos con los demás, y sobre todo, como es nuestra conexión con nosotros mismos, para que, en los momentos difíciles, podamos apelar a ese lugar inalterable interno, que nos conecta con la esencia de quienes somos, apelar al amor compasivo por nosotros que se transforma en sabiduría, en bienestar y en asentimiento de tomar todo tal y como fue y que no podemos cambiar el pasado ni a nuestros padres, pero sí el presente, comprendiendo que estamos hechos de amor, y que tuvimos que crear una coraza para poder sobrevivir ante el terror del abandono, el trauma de ellos, la no mirada, la negligencia, etc.

La propuesta sería, mirar nuestra herida básica con ojos tiernos hacia nosotros, y querernos muchísimo. Vamos a ello.

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